El Barcelona quiere refinanciar su deuda y esta vez las condiciones juegan a su favor

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A una semana de cerrar el ejercicio 2024/2025, el FC Barcelona se agarra a una noticia positiva: la agencia de rating DBRS Morningstar le ha dado un empujoncito justo cuando más lo necesita. Con una deuda total de unos 1.900 millones de euros, el club blaugrana está metido de lleno en una operación clave: refinanciar parte de esa montaña de pasivo, sobre todo los 1.450 millones en bonos y préstamos que pidió hace dos años para levantar el nuevo Camp Nou.

El Barça ya tenía en el calendario renegociar esta deuda, pero los retrasos en las obras del estadio han hecho que el asunto suba posiciones en la lista de prioridades. La idea: aprovechar la bajada de los tipos de interés para renegociar dos tramos del préstamo que se firmaron en 2022, cuando los tipos estaban al 3% y la financiación era cara.

¿Qué hay sobre la mesa?

En su día, la financiación del Espai Barça se dividió en tres tramos:

  • 583 millones a devolver en un máximo de 5 años

  • 477 millones a entre 5 y 9 años

  • 390 millones a muy largo plazo: entre 20 y 24 años

El club se guardó un comodín para renegociar los dos primeros tramos, y ese momento ha llegado. Ahora que el BCE ha bajado los tipos al 2% (llegaron a estar en el 4%), es el momento perfecto para sentarse con los inversores fondos y aseguradoras estadounidenses, principalmente y renegociar las condiciones de un préstamo que, de media, costaba un 6,82% de interés.

Además de intentar bajar el coste del pasivo, el Barça también quiere alargar los plazos de devolución, sobre todo porque las obras del Camp Nou llevan casi un año de retraso. El plan era volver al estadio en otoño de 2024, pero el primer partido no será hasta septiembre de 2025.

¿Qué dicen las agencias?

Aunque la agencia KBRA rebajó la calificación de BBB+ a BBB, la cosa no está tan mal: DBRS Morningstar ha mantenido el rating, pero ha mejorado la perspectiva de estable a positiva, lo que se traduce en confianza de cara al futuro.

Con ese respaldo, el Barcelona puede reabrir conversaciones con los inversores y presentar un nuevo informe actualizado de KBRA. La colocación volverá a ser privada, pero cotizando en la Bolsa de Viena para que los inversores puedan declarar los bonos como «activos disponibles para la venta» y, de paso, ahorrarse impuestos sobre los intereses.

Ingresos al alza: la otra carta del Barcelona

Mientras tanto, el club está haciendo los deberes para cerrar el ejercicio con buena cara. Según Joan Laporta, el Barça prevé cerrar la temporada con 950 millones en ingresos, superando en 57 millones lo presupuestado inicialmente. ¿La razón? Se vendieron más entradas de lo previsto: +44 millones por encima de lo esperado.

Sobre beneficios, el club había presupuestado ganar 5 millones, aunque viene de unas pérdidas de 90 millones el año anterior, por culpa, sobre todo, del tropiezo con Barça Vision.

En cuanto a la rentabilidad operativa, DBRS espera un ebitda de 90 millones (sin ventas de jugadores). Aun así, el Barcelona ha movido ficha para mejorar sus cifras: ya ha ingresado más de 10 millones por cláusulas de jugadores de otros equipos y ha decidido pagar el fichaje de Nico Williams en julio, para que no compute este ejercicio.

¿Y a medio plazo?

El Barça espera alcanzar un ebitda de 100 millones tras pagar la deuda del Espai Barça, que se comerá los primeros 100 millones anuales que genere el nuevo estadio. A partir de ahí, la ratio deuda/ebitda bajaría a 5,8 veces, una cifra todavía alta (a partir de 3 se considera elevada), pero con tendencia a mejorar año a año.

Si el Barça consigue bajar esta ratio por debajo de 4,5, podría aspirar a mejorar su rating crediticio. Pero ojo, si supera las 7 veces, podría pasar justo lo contrario.

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