El plan de Moncloa: Telefónica e Indra, ¿juntos para dominar la tecnología y la defensa?

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El Gobierno español está trazando un plan para unir a dos gigantes empresariales del país: Telefónica e Indra. La idea es reforzar los lazos entre ambas compañías y, a medio o largo plazo, integrarlas en un megagrupo que lidere sectores estratégicos como la tecnología, la ciberseguridad, la defensa y hasta el espacio. Esto suena a un proyecto de ciencia ficción empresarial, pero lleva años en la cabeza de Moncloa.

De hecho, esta idea no es nueva. Según varias fuentes, ya estaba sobre la mesa durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando Miguel Sebastián, ahora consejero de Indra, dirigía el Ministerio de Industria. Pero la reciente salida de José María Álvarez-Pallete de la presidencia de Telefónica parece haber quitado los frenos al proyecto.

El Ejecutivo ve en estas dos empresas españolas un potencial tremendo para competir a nivel global. Ambas operan en sectores clave, y el momento geopolítico actual, lleno de tensiones y la necesidad de proteger intereses estratégicos, parece ideal para dar forma a un «campeón nacional».

¿Cómo se unirían Telefónica e Indra?

El nexo común es SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), una especie de marionetista empresarial del Gobierno que controla el 10% de Telefónica y el 28% de Indra. SEPI ya ha intervenido en varias jugadas estratégicas, y ahora parece ser el pegamento que unirá a estos dos gigantes.

Una de las opciones sobre la mesa sería que Telefónica tomase el control de Minsait, la división tecnológica de Indra, especializada en innovación y transformación digital. Aunque Indra ya intentó vender este negocio de pagos por unos 600 millones de euros, no ha encontrado comprador. Con Telefónica en la ecuación, todo podría cambiar.

Otra posibilidad más ambiciosa (y arriesgada) sería que Telefónica absorbiera directamente a Indra. Sin embargo, esta operación plantea problemas: por un lado, el foco de Indra en defensa podría entrar en conflicto con los intereses estratégicos del Gobierno, especialmente con Arabia Saudí en el accionariado de Telefónica. Por otro, la ya golpeada capitalización bursátil de Telefónica (22.500 millones de euros frente a los 3.200 millones de Indra) podría verse aún más castigada.

El papel de Marc Murtra y los movimientos estratégicos

Un punto clave en este plan ha sido el reciente nombramiento de Marc Murtra como presidente de Telefónica. Murtra no es un novato en este escenario: hasta hace poco, era el presidente ejecutivo de Indra, lo que lo convierte en el candidato ideal para liderar este hipotético proceso de integración. Su experiencia en ambas empresas es un puente natural para derribar las barreras entre ellas.

Murtra ya cuenta con el respaldo del Gobierno, que ve en él una figura clave para fortalecer sectores estratégicos. La vicepresidenta María Jesús Montero lo dejó claro cuando habló sobre la importancia de Telefónica en áreas como la ciberseguridad y la defensa. Para Moncloa, tener empresas tecnológicas fuertes no es solo un capricho; es una cuestión de seguridad nacional.

¿Un déjà vu con Telefónica-Prisa?

Este posible movimiento recuerda a la relación entre Telefónica y Prisa en el pasado. La teleco española ha rescatado al grupo de medios en más de una ocasión, comprando bonos, participaciones y hasta el 56% de Canal+. Ahora, la historia parece repetirse, pero con Indra en lugar de Prisa.

El escenario es similar: un Gobierno que busca proteger intereses estratégicos, un gigante empresarial con problemas de capitalización y la necesidad de consolidar activos clave.

¿Qué está en juego?

La pregunta del millón es si esta operación realmente podría beneficiar a ambas empresas. Para Indra, desprenderse de Minsait significaría ganar liquidez para centrarse en su negocio de defensa, que ahora es su prioridad. Para Telefónica, adquirir Minsait o incluso toda Indra sería una apuesta por diversificar su negocio más allá de las telecomunicaciones tradicionales.

Sin embargo, el riesgo es alto. Telefónica lleva años estancada en bolsa, y cualquier movimiento en falso podría agravar su situación. Pero si la jugada sale bien, España podría posicionarse como un referente en tecnología y defensa, algo que países como Alemania e Italia ya han logrado.

Conclusión: un sueño ambicioso, pero posible

El proyecto para fusionar Telefónica e Indra no es solo una cuestión empresarial, sino también geopolítica. En un mundo cada vez más incierto, donde la tecnología y la defensa son piezas clave del tablero, España busca un asiento en la mesa de los grandes jugadores.

Si esta alianza se materializa, no solo cambiará el panorama empresarial español, sino que también podría marcar un antes y un después en cómo el país protege y proyecta sus intereses estratégicos.

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