El Gobierno español, a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), está considerando aumentar la ‘Tasa Enresa‘, que las eléctricas deben abonar a la empresa pública Enresa para la gestión de residuos radiactivos, en un 30%.
Este incremento, aunque menor al inicialmente propuesto que alcanzaba el 40%, no ha sentado nada bien en el sector nuclear.
La vicepresidenta Tercera del Gobierno, Teresa Ribera, en un evento organizado por EuropaPress, ha revelado que ya se ha sacado a consulta pública el Real Decreto de modificación de esta tasa. Explica que la propuesta actual representa una rebaja de 10 puntos respecto a la planteada inicialmente, refleja una actualización del valor del fondo de Enresa y del IPC real en 2023.
Ribera ha detallado que implementar este pago ha permitido acumular más de 8.000 millones de euros en el fondo, y la actualización propuesta ahora supone casi 3 euros menos que lo recomendado en un informe de expertos en 2018.
Sin embargo, para el sector nuclear, cualquier aumento superior al 20% podría suponer la ruptura del acuerdo del calendario de cierre de las centrales nucleares, establecido en el Protocolo de Intenciones de 2019.
Pese a ello, la titular de la Cartera de Energía ha enfatizado que la gestión de residuos a través de Enresa es el modelo más eficiente, comparándolo con el sistema francés donde cada propietario se hace cargo de sus residuos. Incide en que el fondo común ayuda a reducir los costes para las empresas.
Además, ha señalado que el VII Plan General de Residuos ha descartado la construcción de un Almacén Temporal Centralizado (ATC) y contempla siete almacenes temporales individualizados en cada una de las centrales (ATD).
Sin embargo, la postura del Ejecutivo español en materia nuclear contrasta con la apuesta que está haciendo la Unión Europea por esta forma de energía ante las dificultades que se han encontrado con otras alternativas, particularmente después de las presiones de Francia. Sin embargo, Ribera mantiene su postura sobre el calendario de cierre de las centrales nucleares en España, subrayando su confianza en que este enfoque sea beneficioso para el país y augurando que para 2035 el país no tendrá generadores de este tipo.
Hace unas semanas la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, confirmaba el cambio de postura de Europa, aceptando a la energía nuclear como válida y reconociendo su papel en la trasición a energías limpias aunque reconoció que «existen diferentes opiniones en toda la Unión Europea sobre la energía nuclear».
«Creo que, en los países que están abiertos a la tecnología, las nucleares pueden desempeñar un papel importante en la transición a energías limpias. También puedo ver que, después de la crisis energética global causada por la invasión rusa a Ucrania, muchos países están dando una nueva mirada al papel potencial que podría desempeñar la energía nuclear. ¿Por qué es esto? Para ayudar a alcanzar nuestros objetivos climáticos: no olvidemos que la energía nuclear en todo el mundo es la segunda fuente más grande de electricidad de bajas emisiones después de la energía hidroeléctrica. Para salvaguardar nuestra seguridad energética, los países buscan reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados. Y para garantizar su competitividad, la energía nuclear puede proporcionar un ancla fiable para los precios de la electricidad».
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