En 2023, los líderes de CEOE, Cepyme, CCOO y UGT firmaron un acuerdo que buscaba reactivar los convenios colectivos tras años de parón por culpa de la pandemia y la inflación. Sin embargo, a medida que 2024 avanza, la cosa no ha ido tan rápido como esperaban. Las dudas alrededor de temas clave como la jornada laboral, el despido o el salario mínimo (SMI) han dejado las negociaciones en punto muerto.
Las mesas de negociación suelen centrarse en dos pilares: salarios y jornada laboral. Pero en los últimos meses, todo está condicionado por la agenda que Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, lleva marcando. Eso ha hecho que muchas conversaciones acaben descafeinadas o que ni siquiera lleguen a cerrarse, según cuentan tanto representantes de los trabajadores como empresarios.
¿Qué pasa con la jornada laboral de 37,5 horas?
Uno de los temas que más está revolucionando la negociación es la propuesta de reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Según fuentes sindicales, los empresarios no tienen demasiados incentivos para adelantarse a algo que, si todo sigue como planea el Gobierno, será obligatorio por ley. Por si fuera poco, las ayudas que plantea el Ministerio de Trabajo para que las empresas se adapten a este cambio, como bonificaciones para contratar personal adicional, han generado críticas. Muchos ven estas medidas como un «incentivo para esperar» y no negociar directamente con los trabajadores.
El Ejecutivo incluso ofreció un plan a CEOE para acompañar a las pequeñas y medianas empresas en esta transición, pero la idea no gustó a los sindicatos. Ahora, parece que esa propuesta podría resucitar en las negociaciones con partidos como Junts, especialmente tras el apoyo de la patronal catalana Pimec.
Salarios: el otro gran campo de batalla
La incertidumbre sobre cómo quedará la jornada laboral también está frenando las subidas salariales. Si se reduce el horario sin bajar el sueldo, esto ya implica una mejora implícita. Por eso, muchas empresas prefieren acordar subidas a corto plazo, sin comprometerse demasiado, ante los posibles costes que esto pueda traer.
Además, las constantes subidas del SMI, que han sido una constante en los últimos años tampoco ayudan. Aunque estas subidas se han centrado en los sueldos más bajos, terminan afectando al resto de niveles salariales en muchos convenios. Esto deja a los empresarios con poco margen para ir más allá del IPC, que es el índice de referencia habitual.
¿Y cómo ha quedado la cosa?
A pesar de todo, las subidas salariales negociadas en 2024 han superado el IPC. Hasta noviembre, los datos muestran un incremento del 3,74%, mientras que los precios subieron un 2,8%. Esto, sin embargo, no ha evitado que CEOE se desmarque de los últimos acuerdos sociales promovidos por el Gobierno.
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