A veces, para desconectar del mundo y reconectar con lo esencial, basta con poner rumbo al norte de Córdoba. Allí, en el corazón de la dehesa andaluza, se extiende Los Pedroches, una comarca que reúne lo mejor del turismo rural: paisajes infinitos, pueblos con encanto, arquitectura con historia y una gastronomía que bebe de la tierra y el saber ancestral.
La comarca de Los Pedroches se ha convertido en un destino turístico que combina a la perfección la belleza natural, la riqueza histórica y una gastronomía excepcional.
Este paraíso andaluz ofrece una experiencia única para los amantes del turismo rural y medioambiental, que buscan un contacto auténtico con la naturaleza y un estilo de vida sostenible.
Recientemente hemos tenido la oportunidad de explorar los encantos de Los Pedroches a través de acciones organizadas bajo el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino (PSTD). Este proyecto, financiado por la Unión Europea, busca promover los atractivos de la comarca y afianzar su posición como un destino ideal para el turismo responsable. Durante su visita, hemos podido admirar monumentos emblemáticos como el Convento de Santa Clara en Belalcázar y la impresionante Catedral de la Sierra en Hinojosa. Estos lugares no solo son testigos del rico patrimonio histórico de la región, sino que también ofrecen una visión fascinante de la arquitectura andaluza.
Los pueblos que forman parte de Los Pedroches son joyas por descubrir, desde las callejuelas empedradas de Dos Torres hasta las tradiciones culinarias en Pozoblanco, cada localidad ofrece una experiencia enriquecedora además de la interesante oferta gastronómica de platos elaborados con productos frescos y auténticos que reflejan el sabor de la tierra.
Un viaje entre piedras con historia y horizontes de encinas
Los Pedroches no necesita artificios. La majestuosidad del convento de Santa Clara, en Belalcázar, y la solemnidad de la Catedral de la Sierra, en Hinojosa del Duque, son suficientes para trasladar al visitante a épocas pasadas. El paseo por sus pueblos de piedra, como Añora y Dos Torres, permite descubrir una arquitectura tradicional que se mantiene viva, auténtica, cuidada. Aquí las plazas aún son lugar de encuentro, las calles empedradas hablan de historia y los vecinos saludan al pasar.
Uno de los puntos fuertes del viaje ha sido la visita a la dehesa, un ecosistema único en Europa, que define el alma paisajística de la comarca. Es en este entorno donde se puede entender el verdadero significado de la sostenibilidad: la convivencia equilibrada entre la biodiversidad natural y las actividades humanas como la ganadería extensiva, el cultivo del olivar o la elaboración artesanal de productos como el jamón ibérico, cuya calidad alcanza aquí niveles de excelencia.
La naturaleza es otro de los grandes atractivos de Los Pedroches.
La dehesa, con su biodiversidad única, es un paisaje que invita a recorrerlo y disfrutarlo. Existen rutas para apreciar la flora y fauna local mientras se aprende sobre las prácticas agroganaderas sostenibles que se llevan a cabo en esta región.
Sabores que cuentan historias
El viaje también ha sido una celebración de los sentidos. En Pozoblanco, nos adentramos en un secadero de jamones y conocimos de primera mano los secretos de este producto que resume la unión entre paisaje, tradición y paciencia. En esta comarca se puede disfrutar de productos de kilómetro cero: quesos, aceites, embutidos, mieles, vinos y platos tradicionales que conservan el sabor de la cocina de siempre, hecha sin prisas y con ingredientes honestos.
En un momento en el que cada vez más viajeros buscan experiencias auténticas, lejos de las multitudes y cerca de la naturaleza, Los Pedroches se perfila como uno de los grandes tesoros por descubrir en el mapa del turismo rural español. Este viaje ha sido solo una muestra de todo lo que esta tierra puede ofrecer.
Encinas milenarias, pueblos con alma, monumentos que respiran historia y una cocina que sabe a verdad: eso es Los Pedroches. Y está listo para recibir a quienes busquen mucho más que unas vacaciones.
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