¿Contratar es un lujo? Así han subido los costes laborales en los últimos años

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Contratar empleados no es lo que era. En plena etapa de récords de creación de empleo, los costes laborales están disparados. ¿Qué significa esto para las empresas? Básicamente, el gasto total por trabajador, que incluye su sueldo bruto más las cotizaciones a la Seguridad Social y otras cargas, ha subido como la espuma. En números: las empresas están pagando entre 1.300 y 1.500 euros más al año por trabajador que en 2018. 

Aunque los sueldos también han crecido en los últimos años, lo han hecho a un ritmo menor. Mientras los salarios brutos subieron, de media, un 15% desde 2018, los costes laborales lo hicieron entre un 14,5% y un 20%, dependiendo del sector. El culpable principal: el aumento de las cotizaciones a la Seguridad Social. 

¿Qué incluye ese coste laboral? 

El cálculo no es tan simple como mirar el sueldo del trabajador. Al salario bruto hay que sumarle lo que paga la empresa en Seguridad Social y otros gastos como despidos, transporte o incluso deducciones específicas. Aunque algunas ayudas y subvenciones alivian un poco esta carga, el golpe sigue siendo fuerte, sobre todo después de la pandemia y en plena inflación. 

¿Qué sectores lo están pasando peor? 

El sector servicios, que ha sido el gran motor de empleo en los últimos años, es también el que más ha visto subir los costes laborales, con un incremento del 20% desde 2018. Por su parte, la construcción y la industria han tenido alzas más moderadas, rondando el 15%. 

Para ponerlo en perspectiva, en 2018, una empresa pagaba unos 30.880 euros al año por un empleado con un salario bruto de 23.000 euros. Hoy, ese mismo empleado cuesta 35.900 euros al año. La subida en sueldos ha sido de unos 3.500 euros, pero el coste total ha subido casi 6.000. Es decir, las empresas están pagando un 18,5% más por el mismo puesto. 

¿Por qué suben las cotizaciones? 

Todo esto tiene mucho que ver con las pensiones. Según Miguel Cardoso, economista jefe para España en BBVA Research, las cotizaciones obligatorias han aumentado un 28% en el último lustro, siendo las contingencias comunes (bajas laborales, por ejemplo) las responsables del 65% de esta subida. 

Además, nuevas medidas como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI) están sumando cargas. Este sistema, creado para financiar las pensiones de los baby boomers, ha comenzado con una sobrecotización del 0,8%, y se espera que llegue al 1,2% en 2029. Y ojo, porque no se traduce en mejores pensiones futuras para los trabajadores. 

También está el destope de las bases máximas de cotización, que ha subido más que la inflación, con un recargo adicional de 1,2 puntos este año. Para los salarios más altos, se añade una cuota solidaria que llegará al 7% en dos décadas. 

¿Qué podemos esperar? 

Con más subidas de cotizaciones en el horizonte, el panorama no pinta fácil para las empresas ni para los trabajadores que esperan recuperar poder adquisitivo. Las reformas recientes prometen más cambios en la próxima década, y todo apunta a que contratar talento seguirá siendo un lujo cada vez más caro. 

 

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