Joseph Oughourlian mueve ficha en Prisa: ampliación de capital y guerra de poder

Joseph Oughourlian, presidente de Prisa

Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, está jugando sus cartas para afianzarse en el grupo. Ha lanzado una ampliación de capital del 9,95%, con la que busca captar 40 millones de euros y reducir una deuda que ya pasa de los 800 millones. Pero no es solo una cuestión financiera: también quiere diluir el peso de los accionistas que le llevan la contraria y desbloquear la refinanciación con Pimco, su principal acreedor. El plan es ganar tiempo y mover el vencimiento de la deuda hasta 2029.

Para hacerlo, ha optado por una colocación acelerada, una jugada que impide a los accionistas actuales ejercer su derecho de compra y deja entrar a nuevos inversores que le sean favorables. Para ello, ha contratado a JB Capital y Banco Sabadell. En otras palabras, Oughourlian quiere reforzar su control y evitar sorpresas.

Blindaje y guerra interna en Prisa

Pimco, que tiene la sartén por el mango en la deuda de Prisa, ya ha dejado claro que no aceptará cambios en el control de la compañía. Básicamente, Oughourlian se queda o no hay acuerdo.

Este movimiento llega después de que el presidente de Prisa decidiera frenar la idea de lanzar una nueva cadena de televisión y cargarse a dos directivos clave: Carlos Núñez (CEO) y José Miguel Contreras (director de Contenidos). Esto ha encendido aún más la guerra interna de cara a la junta de accionistas que se celebrará en junio, donde los críticos intentarán moverle la silla… aunque lo tienen difícil.

El Gobierno quiere su propio equipo

Mientras Oughourlian maniobra, el Gobierno no se queda de brazos cruzados. Desde Moncloa se está tratando de reunir a un grupo de accionistas que sume el 51% del capital y así tumbar al inversor francés. Por ahora, tienen un 17% con nombres como:

  • Global Alconaba (7%) – Andrés Varela (ex-Globomedia).

  • Adolfo Utor (5,4%) – dueño de Balearia.

  • Diego Prieto (3,1%) – fundador del Grupo SSG.

Pero la clave está en los pesos pesados: Vivendi (11,79%), familia Polanco (7,6%), Carlos Slim (7%) y Santander (4%). Por ahora, Vivendi está del lado de Oughourlian, pero el Gobierno ya está presionando para que cambien de bando.

Esto no ha hecho más que empezar. Las próximas semanas serán clave para ver quién se lleva el control de Prisa: Oughourlian y su escudo financiero, o el bloque español respaldado por Moncloa. La guerra de poder está servida.

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